El policloruro de vinilo, más conocido de manera general como PVC es un material muy empleado en la construcción, especialmente para los perfiles de las ventanas, ya que se trata de un material ligero y muy maleable, lo que le permite adoptar multitud de formas. Asimismo, es un material resistente a los impactos y a las agresiones químicas, permite que dure alrededor de unos 30 años con un mantenimiento escaso: suele ser suficiente un paño humedecido en un líquido jabonoso y otro solo en agua para un aclarado posterior.

Los cerramientos con PVC, dado su escasa conductividad, permiten un gran aislamiento térmico, que si se combina con un cristal adecuado permitirá que también se consiga un conveniente aislamiento acústico y los problemas de condensación.

Además se trata de un material duro y resistente, que no se oxida aunque se golpee o arañe, o con el paso del tiempo, la pintura embellecedora se pierda y muy ecológico, aunque esto último pueda parecer chocante, ya que no podemos olvidarnos de que es un derivado del petróleo, no obstante, más del 50% de este material está formado por cloruro sódico (sal) y es totalmente reciclable.

El boom de la construcción que vivimos hace unos años hizo que muchas empresas creciesen y que a nuestro país llegases marcas extranjeras. La posterior crisis, aunque con repercusiones, no ha impedido que estas empresas pierdan su capacidad, tal vez hoy no se construye tanto y no son tan necesarias las ventanas y puertas de PVC, pero sí que se han incrementado las reformas de edificios y viviendas, además de que por normativa europea, las casas y edificios deben ser energéticamente sostenibles, no es necesario instalar un sistema de reciclado de las aguas o un sistema de calefacción que aproveche el calor generado por el metro, bastan pequeños gestos para conseguirlo, uno de ellos es el cambio de ventanas viejas, que no cierran convenientemente, por ventanas con cristales de doble capa y con perfiles de PVC.