Desde tiempos inmemoriales, el ser humano ha visto necesario resguardarse de las inclemencias del tiempo, de la lluvia, del frío, el calor y el ruido. De igual manera, también necesita protegerse de elementos ajenos, ya sean personas o animales que en ocasiones entran en nuestra vivienda para apropiarse de algo que no les pertenece. Así pues, podríamos afirmar que las ventanas y puertas tienen dos funciones principales: aportar luz al interior a la vez que deja fuera la lluvia, el frio y el ruido; por otra ser una barrera para los amigos de lo ajeno; asi nos aportan confort y seguridad.

Además, también se pueden convertir en un elemento decorativo, aportando personalidad a la fachada del edificio en el que se instalan. Esto se lleva haciendo desde hace siglos, basta recordar el papel tan importante que tienen en el arte gótico las vidrieras y ventanales, o la innovación en edificios de corte modernista como la casa Batlló, si bien es cierto que los sistemas de fabricación que se dan en la actualidad no solo permiten formas estáticas, o con colores; arcos de medio punto, arcos ojivales o de herradura, asimétricos, en forma de picos, ojos de buey, con partes practicables y partes fijas… sus perfiles son tan avanzados que además se mantiene el nivel de confort y seguridad.

Además se ofrecen una gran variedad de acabados en colores, foliados y lacados, que permiten combinar diferentes colores en el exterior e interior, lo que hace posible disponer de un gris forja al exterior mientras que en el interior de la vivienda nuestro acabado es foliado roble, lacado en rojo o en otro color: tenemos el pantone a nuestros pies.
Además también se ha avanzado mucho desde las pequeñas aberturas en la pared que se cubrían en épocas de frío con maderas o pajas, ahora priman materiales para los perfiles como el alumninio y el PVC que desbancaron hace años a la madera, a la hora de elegir el material.

Hoy en día casi todas las ventanas llevan doble acristalamiento, que está compuesto por un cristal de al menos cuatro milímetros en el exterior, una cámara de aire que debería ser de 12mm o más y un cristal en el interior de por lo menos 4mm. Pero las aplicaciones de los materiales con los que se elaboran las ventanas y puertas que tan necesarias e imprescindibles vemos en la actualidad son numerosas.